Economía circular: ¿futuro cercano o presente?
Hace un par de semanas leía en el libro «Cradle to Cradle (de la cuna a la cuna): rediseñando la forma en que hacemos las cosas» sobre cómo es necesario repensar el diseño de productos según las pautas de la economía circular.
Para los que desconocéis el término, os explico brevemente en qué consiste. La economía actual se basa en un modelo de consumo lineal, en el cual se extraen las materias primas, se fabrica un producto, se utiliza y se tira. Se conoce como el modelo take-make-waste, es decir, coger-usar-tirar. El modelo de economía circular se basa en mantener el valor de los recursos dentro del ciclo económico durante el mayor tiempo posible, mediante métodos como la reparación, reutilización o reciclaje. Aunque el modelo ideal no generaría residuos, los sistemas reales sí los generan y, por ello, hay que eliminar las sustancias tóxicas de los procesos productivos y emplear materiales biodegradables para facilitar la gestión de residuos y favorecer la devolución de nutrientes al medio natural. Para que esto sea posible, primero hay que repensar y rediseñar los productos y modelos de consumo.
Como comentaba, estaba leyendo sobre el rediseño de productos y el ejemplo que ponen los autores para explicarlo es un libro: ¿Por qué los libros son de papel? ¿Por qué no acabamos de acostumbrarnos a los libros electrónicos? ¿Hay que mantener el diseño del libro convencional pero cambiar los materiales y que sean reutilizables? Estas son algunas de las preguntas que plantean los autores.
Después de leer esto, casualmente encontré una empresa que fabrica libros a partir de piedra. Esto es, fabrican las páginas a partir de polvo obtenido de residuos de la construcción mezclado con un material plástico. El resultado es un libro con hojas resistentes al agua, duradero y fabricado en un proceso de bajo impacto ambiental.
Hace unos días también conocí el proyecto de una empresa de cosmética que está diseñando un bote de champú totalmente libre de plástico, fabricado a partir de materiales compostables como papel y corcho.
Otros ejemplos similares son: pajitas hechas de trigo, cepillos de dientes de bambú, platos desechables derivados de la caña de azúcar y envoltorios fabricados a partir de algas.
Algunos son más innovadores y complejos que otros, pero todos son ejemplos que nos acercan al modelo de economía circular. Aunque se habla normalmente de economía circular como un modelo futuro y la legislación en este tema es (en general) aún muy nueva, para muchas empresas ya es el presente y demuestran que el modelo es posible y rentable económicamente. Quizás no falte tanto para que la economía circular sea el modelo predominante y la economía lineal la excepción.