Consumo sostenible: ¿necesitamos tantas cosas?

Un estilo de vida sostenible viene de la mano de la modificación de nuestros hábitos de consumo. No se trata de vivir con poco, sino con menos. No es cuestión de obsesionarse con lo “sostenible”, sino de tomar decisiones informadas y responsables a la hora de consumir. Tampoco es necesario cambiar nuestros hábitos de un día a otro, más bien hacer una transición, cada uno a su ritmo y en la medida de lo que pueda o quiera.

El mayor problema es que queremos tener «cosas». Cosas, cosas y más cosas… Comprar es parte de nuestra cultura. Es un pasatiempo. Pero cada vez más gente se da cuenta de que es insostenible. Tenemos demasiadas cosas y tiramos demasiadas cosas. Un momento… ¿tiramos? ¿A dónde las tiramos? La basura no desaparece. Annie Leonard explica a la perfección este problema en el corto y libro «La historia de las cosas».

Fuente: https://quotefancy.com/media/wallpaper/3840×2160/1458634-Annie-Leonard-Quote-There-is-no-such-thing-as-away-When-you-throw.jpg

Sería ideal que los productos que compramos duren el tiempo
oportuno para su uso y para eso tienen que ser de calidad adecuada,
reutilizables y reparables. Una forma de reutilizar es el mercado de segunda
mano y vintage, que últimamente se está popularizando debido a la existencia de
aplicaciones móviles y plataformas web que lo facilitan. ¿Sabéis que también
hay webs que facilitan que regales lo que ya no quieres a alguien que lo
necesita?

Lo que no es tan popular es la reparación, debido a la excusa que todos conocemos: es más caro arreglarlo que comprar uno nuevo. Esto es así porque, en general, consumimos productos baratos y de mala calidad que no vale la pena arreglar (suponiendo que encontramos el material necesario y la persona que sepa hacerlo).

Finalmente, cuando no se puede seguir utilizando ni reparando, los productos tienen que ser separables y reciclables, de lo contrario, acabarán en un vertedero. Aquí aparecen los productos “eco” y las “alternativas sostenibles”, en los cuales se tuvo en cuenta el fin de vida en el diseño del producto. Por ejemplo, si un objeto se compone al 100% de un solo material, será más fácil de reciclar, y si se fabrica con materiales naturales, probablemente será biodegradable. Son factores a tener en cuenta a la hora de comprar un producto.

Pero… ¿necesitamos comprar cosas? En algunos lugares se utilizan modelos de economía colaborativa, es decir, consumir servicios en vez de productos. El alquiler de ropa, el préstamo de herramientas, compartir coche o los bancos de tiempo son algunos ejemplos. Es un modelo que pone en duda la necesidad de poseer algo, sobre todo cuando sólo lo vas a utilizar unas cuantas veces. También existe el consumo colaborativo (similar a la economía colaborativa pero sin dinero por medio) aunque es más común en comunidades de vecinos o grupos pequeños de gente.

Igual podríamos pensar antes de comprar algo nuevo: ¿lo necesito? ¿puedo pedirlo prestado? ¿puedo reparar algo que ya tengo? ¿puedo comprarlo de segunda mano? ¿puedo comprar una alternativa sostenible de ese producto?

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