Boicot al plástico

¡Cuántas cosas están pasando esta semana! En estas fechas (3-9 de junio) confluyen días de celebración mundial como el día de los océanos (8 de junio) y el día del medio ambiente (5 de junio). Además, se está impulsando por redes sociales la semana de boicot al plástico, de la mano del grupo Zero Waste España, con la intención de concienciar socialmente sobre la omnipresencia del plástico y presionar a las empresas a realizar cambios en sus modelos de empaquetado y distribución.

El plástico de un solo uso es un problema global de consumo y gestión de residuos. Procede de una fuente de recursos no renovable y es complicado de reciclar debido a la cantidad de tipos de plástico distinto que echamos en nuestros contenedores. Tampoco debemos demonizar el plástico, ya que sin él no podríamos concebir la vida como lo hacemos actualmente. Por ejemplo, los avances de los sectores automovilístico, tecnológico y sanitario, de las últimas décadas, serían impensables sin un material como el plástico. Mientras no se dispone de otro material similar debemos conservarlo y no malgastarlo en productos de un solo uso.

El planteamiento más popular para la reducción del plástico a nivel mundial está siendo, actualmente, la eliminación de las bolsas de plástico. Muy a menudo oigo comentarios sobre que no tiene sentido que los supermercados cobren por las bolsas de plástico cuando todo lo que llevamos dentro de ellas también está envuelto en plástico. En primer lugar, claro que tiene sentido cuando el propósito es reducir y puede conseguirse con un gesto tan sencillo como llevar tus propias bolsas reutilizables a hacer la compra. En segundo lugar, no es tan sencillo que las empresas modifiquen todos sus procesos para integrar un cambio de empaquetado, no sólo porque supone una inversión económica, si no porque quizás tengan que replantearse todo su sistema de distribución. Esto no se puede hacer de un día para otro y, por eso, mientras las empresas (no) actúan no debemos quedarnos esperando. Como consumidores podemos tomar decisiones personales de qué, cómo y dónde comprar. Si la prohibición de las bolsas sirve para que se hable de ello y consigue concienciar, ya es un logro.

De manera similar, detrás de las prohibiciones de las bolsas de plástico, vienen las leyes de restricción a otros productos de plástico de un solo uso como las pajitas, los bastoncillos y los platos y cubiertos desechables. La elección de estos productos se debe a que son, generalmente, innecesarios y fácilmente sustituibles por productos reutilizables o de otros materiales.

Aquéllos que están empezando a reducir el plástico en sus hogares y/o que se están sumando al boicot al plástico se darán cuenta de que puede ser muy difícil ya que es el material utilizado por defecto para envolver todo tipo de productos. Es barato, cómodo y supuestamente limpio (habrá que estudiar más a fondo las consecuencias para la salud que tiene el plástico en contacto con los alimentos).

Empezar a reducir el consumo de plástico en casa requiere un compromiso y planificación para no caer en la compra de productos innecesarios pero, sobre todo, influyen las circunstancias personales. Creo que es primordial tener en cuenta que las decisiones de compra pueden depender también de las personas con las que convivimos y, por ello, para tener éxito en la reducción del plástico, es necesario llegar a compromisos. Al igual que cualquier otro cambio de hábito de vida, como dejar de fumar o de comer carne, puede llevar tiempo acostumbrarse a ello.

Creo que debemos tomarnos el boicot al plástico como un experimento, para aprender cómo podemos reducir el plástico poco a poco, y no entenderlo como un reto que si no conseguimos hemos fracasado. Creo que la iniciativa habrá sido un éxito si, al final de la semana, cada uno aprendemos una forma nueva de reducir el plástico en nuestras compras. Al igual que con el ejemplo de las bolsas de plástico, no es necesario eliminarlo del todo en el primer intento.

La eliminación total del plástico de nuestra compra diaria no está al alcance de todos, bien por no disponer de tiendas especializadas (ecológicas, a granel, etc.) o bien por no disponer del tiempo necesario. Creo que es importante tener en cuenta las capacidades y circunstancias personales y no rendirse ante la realización de que no somos capaces de vivir 100% sin plástico de un solo uso. Este cambio vendrá impulsado por la modificación de la legislación y de las prácticas de las empresas productoras y, mientras tanto, podemos presionar y motivar el cambio como consumidores.

Fuente: Hope. Vídeos para el cambio.

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